viernes, 12 de octubre de 2007

Los Pumas: Por su justo lugar en el Mundo del Rugby


RUGBY PUMA


Ya se sabía entre los que siguen el rugby internacional, pero en este Mundial lo han demostrado ante el mundo: los Pumas, nuestra selección mayor, merecen un lugar destacado y una mayor competitividad internacional en el rugby "global" hoy regulado por el International Rugby Board (IRB). La Argentina debe recibir el necesario respeto del IRB, hoy, ya mismo. Los actuales Pumas son el mejor equipo de la historia del rugby argentino. Desde hace cinco años están entre los seis primeros puestos y en este Mundial figuran cuartos, después de Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica. Su historia comienza en junio de 1965, con su victoria ante los Junior Springboks en el Ellis Park de Johannesburgo. Desde entonces, la selección nacional ha recorrido un largo camino, con triunfos y derrotas, pero siempre demostrando al mundo del rugby que no sólo ha sido un equipo para respetar, sino que además produjo jugadores que hoy son leyendas, como Hugo Porta. Hoy, la Argentina -con el equipo dirigido por Loffreda y liderado por Pichot- ha demostrado que está entre los mejores del mundo, que su ranking internacional es más que merecido y que en todas -remarco todas- sus actuaciones ha demostrado un altísimo nivel de profesionalismo en su actitud, una gran consistencia en su rendimiento, una excelente preparación física y atlética, una altísima calidad y una gran creatividad en el juego, muchísima disciplina dentro de la cancha, y lo que más caracteriza a nuestra selección nacional: entrega, pasión y agresividad ganadora. El dicho "jugar por la camiseta" se les aplica en todos sus sentidos. El mundo del rugby y sus millones de espectadores en todo el planeta lo ven y lo perciben cuando entran en la cancha, cuando cantan el Himno, cuando juegan y cuando festejan. Por todas estas razones, es hora del reconocimiento internacional y de darle a la Argentina su justo lugar en el mundo del rugby regulado por la IRB. ¿Cómo se puede lograr ello? Hasta ahora la Argentina ha sido tratada sin respeto y equidad por el IRB. Esto ha significado una actitud discriminatoria hacia un país que tiene todos los méritos para ser tratado institucionalmente como una de las potencias del rugby, ser incluida en los torneos internacionales más competitivos y, por ende, recibir los recursos necesarios para ello, al igual que los otros países que participan en los campeonatos del Tres Naciones y en el Seis Naciones. En lo institucional, la Unión Argentina de Rugby (UAR) debe tener dos votos (hoy tiene uno) al igual que las potencias "tradicionales" del rugby mundial. En lo que hace a su participación en los torneos internacionales, debe ser incluida en un Tres Naciones ampliado y participar con dos franquicias en el campeonato Súper 14. En materia de recursos, la UAR debería recibir del IRB la misma cantidad de recursos financieros que le son asignados a Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Francia, Inglaterra, Irlanda, Escocia, Gales e Italia. Hasta la fecha, este derecho ha sido negado por quienes dirigen el rugby mundial con argumentos egoístas: tiempo para los viajes y no querer repartir las ganancias -principalmente de los derechos televisivos- y de corta visión, como no tener en cuenta la globalización del rugby. La única excepción a esta posición es la de la South Africa Rugby Union (SARU), que apoya la inclusión de Los Pumas en el Tres Naciones y que dos franquicias se incorporen al actual campeonato Súper 14 (campeonato compuesto actualmente por cinco franquicias sudafricanas, cinco neozelandesas y cuatro australianas que juegan entre febrero y mayo de cada año en sus respectivas sedes a lo largo y ancho de cada uno de los países de donde provienen. Esto ha sido manifestado por su presidente, Oregon Hoskins, que está dispuesto a discutir el cómo en el Comité Sanzar (Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia) que es donde se ha negociado el contrato que regula los partidos del Tres Naciones y del Súper 14 hasta el final de 2009. Sus argumentos, compartidos por el entrenador de los Springboks, Jack White, van mas allá de los méritos y el nivel de excelencia del rugby argentino: se trata de darle "aire fresco" a los campeonatos de rugby más competitivos del mundo en una región del Hemisferio Sur al cual pertenece la Argentina. Así, el IRB debería contribuir a asignar los recursos -a través de la UAR- necesarios para garantizar la participación Argentina en ambos torneos del Sanzar y, a su vez, este Comité renegociar los derechos televisivos que se han negociado hasta el año 2009. Este proceso debe comenzar ya mismo porque la inclusión de dos franquicias más (hasta el año 2005 eran 12) en el actual Súper 14 tuvo una duración de 18 meses. Estos tiempos deben acortarse para nuestro caso y poder llegar a la próxima Copa del Mundo con la experiencia de haber participado en esos campeonatos. Este es el lugar que la Argentina ha conquistado y merece en el rugby mundial. Ello debe suceder antes de la próxima Copa del Mundo en 2011. Es posible, de lograrlo en el corto plazo, gracias al nivel de excelencia de nuestra selección y del rugby argentino en su conjunto, que incluye a sus jugadores, a sus clubes y a sus instituciones. Ahora bien, es posible que luego de la próxima Copa del Mundo del 2011 en Nueva Zelanda, el rugby se divida por regiones según las franjas horarias que facilitan la audiencia televisiva y el financiamiento de innumerables copatrocinadores. El desarrollo del rugby en Japón, China y el fortalecimiento de ese deporte en las distintas islas del Pacifico pueden justificarlo. Entonces, habrá dos zonas: la del Pacifico y la Europea. En ese caso, las dos potencias de rugby del Sur Occidental, Sudáfrica y la Argentina, deberán participar en el actual Seis Naciones y armar franquicias para la Copa Heineken. Pero eso es hacer futurología. Hoy existe una posibilidad concreta para el desarrollo de nuestro rugby que es la de participar en los actuales torneos del Hemisferio Sur. También debemos tener una política internacional del rugby: esta es, jugar donde juega Sudáfrica, a quien le debemos nuestro debut internacional, allá por el año 1965, y que nos apoya para que nuestro rugby ocupe su justo lugar en el mundo de este deporte.

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