RUGBY PUMA
Se acabó la revelación; la Argentina fue mejor que Francia y que Irlanda; el equipo no tiene techo.
PARIS.– Fuertes, serenos, maduros, seguros. Así los vi en la semana en el hotel y así los vi ayer en la cancha. Se acabó la sorpresa, los Pumas no son más la revelación. Fueron primeros, mejores que Francia y que Irlanda. La Argentina mató al “grupo de la muerte”.Lo mejor de todo es que este es un equipo en crecimiento, que no tiene techo. Cuando se den cuenta de lo que les queda, que todavía pueden explotar, que hay más potencial, no me imagino hasta dónde pueden llegar. Puede ser una linda aventura.Hasta en ese momento inicial en el que Irlanda nos metió cerca del in-goal, noté que hubo paciencia para sobrellevar la situación con aplomo y disciplina, sin cometer penales tontos. No hubo locura ni miedo a perder. Por otro lado, se esperaba que Irlanda hiciera eso. Era lo que necesitaban ellos: meter puntos y los cuatro tries.Tácticamente, el mensaje estuvo claro desde el principio. Los Pumas impusieron un juego agrupado, de pelotas altas, disputando esas pelotas y apostando al maul, jugando cerca de la formación y sin mucho traslado.Noté que pasó lo mismo que contra Francia. Dos grandes seleccionados que no supieron resolver el tipo de juego que propuso la Argentina, de pelotas arriba, de rucks, de limpiar esos rucks como locos, de atacarlos por el eje de las formaciones. Ninguno de los dos supo bien qué hacer.Esto no quiere decir que siempre será así. No sé si en los cuartos de final contra Escocia se jugará de la misma manera. Es otro equipo duro, para respetar como todos. Eso se verá en una semana.En cuanto a la gran cantidad de kicks que hubo (fueron 94 en total, con 54 para los Pumas y 40 para Irlanda), creo que era previsible en el caso de los Pumas, pero no en Irlanda. Me sorprendió. Fundamentalmente, porque ellos debían buscarlo con las manos y dejar viva la pelota. Tenían la obligación de hacerlo, porque era una final y si no ganaban se quedaban afuera. Sobre el final, tuvieron varias pelotas para atacar y se desprendieron de ellas. Eso fue una muestra de que no estaban convencidos de su juego. Estaban entregados. Es evidente que tuvieron temor al error, al papelón. A perder por una diferencia más abultada. Es una locura, pero bueno, todo tiene que ver con lo que comenté anteriormente: no supieron cómo desactivar el planteo argentino.De los muchachos, quiero destacar a Scelzo y a Longo, que jugaron un partidazo. El Chalo (Longo) volvió a vivir un partido completo después de pasar tres semanas sin entrenarse bien por una lesión y ni siquiera se notó su inactividad. Me saco el sombrero, fue el mejor de la cancha.También me gustó Felipe, que le faltó el respeto a Irlanda y se salió un poco de nuestro libreto. Fue el que se animó a trasladar un poco más la pelota y tuvo espontaneidad para atacar los espacios que le dejaban. Termino hablando de Juan Martín (Hernández). El te permite observar el talento, las cualidades completas de un rugbier. Es el perfecto ejemplo para decir que este deporte es mucho más que lo físico. Verlo a Juan jugando al rugby es como ver a Ronaldinho jugando al fútbol. Sencillamente, es un placer.
